dimarts, 20 d’abril del 2010

Reflexiones nihilistas.


He oído hablar a gente muy distante de los mismos temas, unos y otros repiten las mismas premisas adyectas, si mas no a lo que hayan escuchado con anterioridad. Es por eso por lo que aquí y allá se repiten las mismas constantes, discusiones sobre una moralidad relativa ciertamente inexistente más allá de los límites de la cerrada mente humana, en eso consiste nuestro más alto grado de humanidad; Creerse aquello que alguien más “importante” imprime en nuestras mentes. Aprender, es esta la arma más atroz vertida sobre la capacidad de ser, de llegar a nuestro yo interior y no uno más dentro del hormiguero donde las mismas premisas escritas con diferentes colores es tachado de extravagante o incluso loco, cuando ni siquiera somos capaces de razonar los pilares de nuestras creencias dados estos por supuestos. Y mentiría si dijera que son capaces de mudar, llegamos condenados en nuestra condición de existir, vivir entre tantas formidables mentiras es, sin duda morir-se por dentro, donde soñar, evadirse de esta realidad horrorosa es la única manera de complementar eso que llamamos verdades.